Sobre la idea de patrimonio, la madera y el valor del paisaje

Este texto está enmarcado en el Encuentro Madera y Patrimonio, año 2025.

Cuando hablamos de patrimonio -sobre todo el construido- se produce distancia: pareciera que algo se vuelve más lejano e intocable, y así también más ajeno e impreciso en relación a qué lo vuelve valioso, además del tiempo. Y es que aquello patrimonial, toma ribetes solemnes pero indefinidos, y nos aleja del valor que contiene.

A pesar -o a partir- de esto, surge una oportunidad desde lo local, de abrir esa idea del patrimonio con los habitantes y su historia, e identificar qué significa ese valor patrimonial en lo material y lo inmaterial, y cómo lo traspaso a las generaciones venideras, evitando que se desdibuje o pierda en el tiempo.

Si revisamos el concepto a partir de textos de investigación o estudio, creo que dos conceptos cruciales son el interés público y el valor colectivo, que hablan de una apropiación de los habitantes con su entorno. Desde ahí, la aproximación a lo patrimonial tiene que ver con una cercanía a la historia del lugar, con sus costumbres y manifestaciones que generan arraigo e identidad local.

En esta línea, el trabajo de carpintería, el oficio y las edificaciones son una manifestación invaluable, ya que no solo son un testimonio concreto, sino que vinculan -a través de la madera- el tránsito desde lo natural hacia lo construido, transportando desde el bosque y su entorno atributos de este material que trascienden al espacio intervenido y modelado por el ser humano.

La experiencia del encuentro, trajo consigo la oportunidad de visualizar las dimensiones que este material puede abarcar cuando nos acercamos a él desde su origen hasta su uso final. En este recorrido, pudimos observar y participar en el relato y tránsito que se despliegan cuando aprendemos a detenernos y mirar la historia detrás de cada construcción, e imaginar esas escenas. Ahí, entendiendo esos valores, podemos empezar a preguntarnos cómo preservarlos, y cómo los métodos y tecnologías modernas pueden ayudarnos a no olvidar técnicas y usos que tanto aporte han hecho al desarrollo local, y cuya pérdida u olvido han contribuido a desconectarnos o separarnos de esto que llamamos patrimonio.

Fue un evento y espacio muy significativo poder mostrar tecnologías y formas de carpintería contemporáneas siguiendo esta reflexión, porque permitió entender la aplicación de tecnologías actuales como una continuación de estos procesos, que hoy reconocemos como patrimonio, a fin de volver este valor colectivo algo presente en el día a día, en usos cotidianos de los espacios, aportando un carácter propio y local a lo que se diseña y edifica.

Esperamos aportar en este ámbito, sobre todo a partir de la revitalización de estos bienes comunes, exponiendo tanto como sea posible, la riqueza que existe en el paisaje y su intervención cuidada, y por sobre todo, su conocimiento y uso activo por parte de la comunidad.

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